Mi columna de opinión para Canal Litera (7.8.2014)
La encuesta trimestral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que recoge, entre otras cosas, la intención de voto, registra que Podemos se convertiría, de cumplirse el pronóstico de una encuesta, en la segunda fuerza política en intención de voto directo.
Los datos del CIS dicen que la diferencia entre el PP y el PSOE se amplía hasta 8,8 puntos porcentuales, no por la buena gestión de los primeros, sino por demérito de los segundos. Quizá en la siguiente encuesta el CIS tenga que pasar a hablar de puntos de sutura.
Las preguntas se realizaron entre el 1 y el 9 del pasado mes de julio y el PSOE, que parece ser, junto con IU, el que saldrá peor parado, critica que la encuesta está desfasada por no reflejar el posible impacto del nuevo líder socialista. Es decir, que Pedro Sánchez es invisible a ojos del CIS, aunque nadie nos dice que eso no sea una ventaja.
Además, tras los resultados de las europeas, parece que Podemos está aquí para quedarse. Floriano decía que engañan en su programa electoral pero a estas alturas a los ciudadanos eso debe de parecerles una mentirijilla piadosa de esas que TODOS hemos contado alguna vez. Si al menos los programas electorales viniesen con estudios adjuntos enfocados a objetivos…
Parece que el “simpaticote” chico de moda Pablo Iglesias ha hecho las coas bien. No sé si achacar ese éxito a los métodos de propaganda “de los genios de la maldad” como decía Esperanza Aguirre, o pensar que algo de culpa tendrá también el desencanto de la gente con la clase política. Pues la desafección hace tiempo que sobrevuela nuestras cabezas, se representa en las encuestas y también en las urnas. Los últimos datos de la encuesta del CIS muestran que un 40% de los electores son indecisos o abstencionistas. Pronto serán la mayoría silenciosa (¡). Y los titulares tras las europeas iban en torno a la derrota del bipartidismo.
Así que a estas alturas puede que nos dé por pensar por qué iban a ser malas las utopías. Parece que la gente se está cansando de aquel refrán tan español que dice que más vale malo conocido… Entonces llega un Pablo Iglesias nuevo, que parece ser diferente a lo que todos conocíamos, con unas ideas frescas y un lema pegadizo y empieza a llamar casta a aquellos que defienden el orden establecido.
Y le planta cara al convencionalismo político, ese al que la sociedad ya dio espaldarazo en su momento, en aquel lejano 15M, y contra el que están luchando cada día plataformas ciudadanas como la de Afectados por la Hipoteca; y plantea la ilegalidad de los desahucios en las instituciones europeas y dice pelear por los derechos sociales…
La crisis para muchos es la oportunidad de reinventarse; para otros, con la crisis, parece que reinventarse se ha convertido en una ardua obligación.
Pero mientras se cuece el cambio, que parece que será a fuego lento, espero que los ciudadanos sigan demostrando ápices de inteligencia, como lo han hecho por el momento, y para ser verano, en la última del CIS. Han identificando como los principales problemas del país el paro, la corrupción y los políticos en general. Es un alivio que todavía sepamos qué es lo más urgente, aunque la tele nos hable de recuperación, de que se rompe España y de ETA, parece que aún sabemos pensar por nosotros mismos. En septiembre, con el comienzo del curso, espero que la inteligencia se muestre más ávidamente con movimientos ciudadanos, mareas y más exigencias al poder. No vaya a ser que se nos apague el fuego y el cambio se quede a mitad de cocción. Como decía Ramón Lobo, los jefes somos nosotros, que pagamos el pastel. Que no se nos olvide.